Mayo 03 de 2022
Dios no ha dejado de obrar y nunca dejará de hacerlo
Josué 11:16-20
16 Tomó,
pues, Josué toda aquella tierra, las montañas, todo el Neguev, toda la tierra
de Gosén, los llanos, el Arabá, las montañas de Israel y sus valles. 17 Desde el monte Halac, que sube hacia
Seir, hasta Baal-gad en la llanura del Líbano, a la falda del monte Hermón;
tomó asimismo a todos sus reyes, y los hirió y mató. 18 Por mucho tiempo tuvo guerra Josué con estos reyes. 19 No hubo ciudad que hiciese paz con los hijos de Israel,
salvo los heveos que moraban en Gabaón; todo lo tomaron en guerra. 20 Porque esto vino de Jehová, que endurecía el corazón de
ellos para que resistiesen con guerra a Israel, para destruirlos, y que no les
fuese hecha misericordia, sino que fuesen desarraigados, como Jehová lo había
mandado a Moisés.
Josué 11:16-20
16 Así
que Josué conquistó toda la región: la zona montañosa, todo el Neguev, toda el
área que rodea la ciudad de Gosén, las colinas occidentales, el valle del
Jordán,[a] los montes de Israel y las colinas de
Galilea. 17 El territorio israelita ahora se extendía desde el monte
Halac, que se eleva hacia Seir, al sur, hasta Baal-gad, al pie del monte
Hermón, en el valle del Líbano, al norte. Josué mató a todos los reyes de esos
territorios, 18 después de hacer guerra por mucho tiempo para
lograrlo. 19 Ninguno de esa región hizo la paz con los israelitas
salvo los heveos de Gabaón. Todos los demás fueron derrotados, 20 porque
el Señor les endureció el corazón y los hizo pelear
contra los israelitas. Así que fueron totalmente destruidos sin compasión, tal
como el Señor le había ordenado a Moisés.
Estimado lector:
El territorio que Josué había conquistado se extendía
desde el monte Halac, al sur del Mar Muerto, hasta el monte Hermón, al norte y
desde el mar Mediterráneo al occidente, hasta el valle del Jordán en el
oriente; lo que corresponde actualmente al estado moderno de Israel,
Cisjordania, Gaza y una pequeña porción de Siria (v16-17). Es evidente que Dios
había cumplido su promesa a Abraham (Gen 15:18-20).
Esta era la región llena de gigantes que los espías
israelitas describieron cuando dieron su informe negativo de la tierra
prometida (Números 13, 14). Esta vez el pueblo de Israel no permitió que ese
temor a los gigantes evitara que salieran a la batalla y poseyeran la tierra
que Dios les había prometido.
Hay un paralelo con la situación del faraón contra
Moisés (v20), podemos concluir que los corazones de los cananeos contra Josué
eran, como los de toda la humanidad, naturalmente duros (Éxodo 7:11-14; 1
Corintios 2:14). Este endurecimiento del corazón de los hombres es cuando Dios
los entrega al pecado que está en sus propios corazones (Romanos 1:24-28). Dios
no derramó un juicio en particular sobre los cananeos, Él trató con sus
corazones de la misma manera que trata con los corazones de todos los hombres,
pero la gracia de Dios endurece el corazón o lo ablanda. Toda la gente está
muerta en pecado y merece el juicio de Dios, pero es sólo a través de la
misericordia de Dios en Cristo Jesús que Él nos da nueva vida.
La conquista de la mayor parte de la tierra de Canaán
parece haber sucedido rápidamente, ya que podemos leer toda la historia en unos
pocos minutos, pero en realidad tomó siete años. Muchas veces esperamos cambios
rápidos en nuestras vidas y victorias rápidas sobre el pecado. Pero nuestro
camino con Dios es un proceso de toda la vida, y es posible que tomen tiempo
esos cambios y esas victorias. Es fácil volvernos impacientes con Dios y perder
la esperanza porque las cosas van demasiado lentas o cuando estamos en una
situación adversa, es difícil ver los avances. Pero cuando miramos hacia atrás,
podemos ver que Dios nunca dejó de obrar y eso nos da certeza de que nunca
dejará de hacerlo.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”