CON LA MISMA VARA SERÁS MEDIDO

MATEO 5: 21-26

Enseñanza acerca del enojo

²¹ »Han oído que a nuestros antepasados se les dijo: “No asesines. Si cometes asesinato quedarás sujeto a juicio”. ²² Pero yo digo: aun si te enojas con alguien, ¡quedarás sujeto a juicio! Si llamas a alguien idiota, corres peligro de que te lleven ante el tribunal; y si maldices a alguien, corres peligro de caer en los fuegos del infierno.

²³ »Por lo tanto, si presentas una ofrenda en el altar del templo y de pronto recuerdas que alguien tiene algo contra ti, ²⁴ deja la ofrenda allí en el altar. Anda y reconcíliate con esa persona. Luego ven y presenta tu ofrenda a Dios.

²⁵ »Cuando vayas camino al juicio con tu adversario, resuelvan rápidamente las diferencias. De no ser así, el que te acusa podría entregarte al juez, quien te entregará a un oficial y te meterán en la cárcel. ²⁶ Si eso sucede, te aseguro que no te pondrán en libertad hasta que hayas pagado el último centavo.

https://youtu.be/2BuifDijlFY?si=_cWJPeMzj_yX3hKd

Estimado lector:

Jesús demuestra su autoridad al revelar el verdadero entendimiento de la ley de Moisés, destacando la importancia de los principios internos por encima de las acciones externas.

En su enseñanza, se resalta que reconciliarse con los demás es más importante que realizar actos religiosos. Jesús indica que es necesario buscar la reconciliación antes de presentar una ofrenda. El servicio a Dios no justifica relaciones rotas con otras personas (Romanos 12:18)

Además, se subraya la importancia de resolver prontamente el enojo y la malicia entre hermanos. Ignorar estos conflictos puede convertirse en una forma de esclavitud interior, como lo ilustra la expresión “y seas echado a la cárcel”. Efesios 4:26-27 recuerda que aferrarse al enojo abre la puerta al pecado y da lugar al enemigo.

La enseñanza tradicional de los escribas y fariseos (“No matarás”) era correcta, pero limitada. Al enfocarse solo en el acto físico del asesinato, dejaban de lado la raíz del problema: la intención del corazón. Jesús amplía este entendimiento, dejando claro que el juicio también recae sobre quienes abrigan odio o deseos de daño en su interior.

Lo que se siembra, eso se cosecha. Para experimentar días de bendición, es necesario estar dispuesto a renunciar a todo aquello que el Espíritu Santo señale como un estorbo.