ENVIADOS PARA PREDICAR

https://youtu.be/d-pk_lFGKt8

Lucas 10:1-12

1 Después de estas cosas, designó el Señor también a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. 2 Y les decía: La mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino. 5 En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa. 6 Y si hubiere allí algún hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. 7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8 En cualquier ciudad donde entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; 9 y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. 10 Mas en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus calles, decid: 11 Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha acercado a vosotros. 12 Y os digo que en aquel día será más tolerable el castigo para Sodoma, que para aquella ciudad.

Estimado Lector

Jesús sabía que le quedaba poco tiempo en la tierra. Así que envió a un gran número de discípulos para ser mensajeros y que prepararan el corazón de las personas que iban a oír su predicación. El Reino de Dios se estaba acercando a la gente del común, así que los discípulos debían prepararse para ser obreros aptos por la gran responsabilidad asignada: sembrar la Palabra de Dios.

Dentro de las instrucciones dadas por Jesús, podemos destacar (1) la importancia de ser mansos y humildes para alcanzar almas perdidas en medio de una generación perversa, (2) ejercitarse en la oración, (3) ser conscientes de la necesidad de llevar a las almas al arrepentimiento genuino, (4) orar para que se unan más trabajadores a la obra del Señor y (5) caminar con compromiso, anhelo, pasión y amor por la misión que Jesús les encomendó. De esta manera, las bendiciones del evangelio reposarían sobre quienes los recibieren.

Cuando una persona acepta la Palabra de Dios, su vida se transforma y la paz de la presencia de Dios comienza a inundar su corazón. Nuestra responsabilidad como cristianos es sembrar la Palabra de Dios dondequiera que vayamos para acercar el reino de Dios a los perdidos.

¿Qué te dice Dios en este día?

¿Cómo lo vas a aplicar hoy?

¿En qué área específica de tu vida?

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