LA HUMILDAD DEL CORAZÓN

Abril 03 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

 

LA HUMILDAD DEL CORAZÓN

 

SALMOS 131:1-3

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén. Salmo de David.

131 Señor, mi corazón no es orgulloso;
    mis ojos no son altivos.
No me intereso en cuestiones demasiado grandes
    o impresionantes que no puedo asimilar.
En cambio, me he calmado y aquietado,
    como un niño destetado que ya no llora por la leche de su madre.
    Sí, tal como un niño destetado es mi alma en mi interior.

Oh Israel, pon tu esperanza en el Señor,
    ahora y siempre.

 

 

https://youtu.be/Zpws_7_O6_Q?si=9tGdKql3HSh-CySw

 

Estimado lector:

Este salmo refleja una actitud de humildad y confianza en Dios. Resalta un principio clave: “Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes” (Proverbios 3:34, Santiago 4:6, 1 Pedro 5:5). A pesar de los logros y propósitos individuales, la autosuficiencia y el orgullo no conducen a una relación genuina con Dios.

También se enfatiza la importancia de evitar la ambición desmedida. No se trata de buscar posiciones o reconocimiento más allá de lo que Dios dispone en cada tiempo. Jesús enseñó la importancia de aceptar los lugares de servicio con humildad, confiando en que Dios exalta en el momento oportuno (Lucas 14:8-11).

La búsqueda de grandeza y logros puede desviar la verdadera esencia del servicio. En lugar de enfocarse en hacer grandes cosas, este salmo invita a aquietar el alma y descansar en Dios. No se trata de alcanzar más, sino de aprender a confiar plenamente en Él.

Así como el proceso de destete no ocurre de manera natural para un niño, depender completamente de Dios es un aprendizaje continuo. La verdadera satisfacción se encuentra en alinear la vida con Su voluntad: “Mi alimento es hacer la voluntad del que me envió” (Juan 4:34).

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

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