MI ESPERANZA Y REFUGIO

Abril 22 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

MI ESPERANZA Y REFUGIO

 

SALMOS 142:1-7

Petición de ayuda en medio de la prueba

Masquil de David. Oración que hizo cuando estaba en la cueva.

142 Con mi voz clamaré a Jehová;

Con mi voz pediré a Jehová misericordia.

Delante de él expondré mi queja;

Delante de él manifestaré mi angustia.

Cuando mi espíritu se angustiaba dentro de mí, tú conociste mi senda.

En el camino en que andaba, me escondieron lazo.

Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;

No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida.

Clamé a ti, oh Jehová;

Dije: Tú eres mi esperanza,

Y mi porción en la tierra de los vivientes.

Escucha mi clamor, porque estoy muy afligido.

Líbrame de los que me persiguen, porque son más fuertes que yo.

Saca mi alma de la cárcel, para que alabe tu nombre;

Me rodearán los justos,

Porque tú me serás propicio.

 

https://youtu.be/KDGhoDVaX-0?si=gdQxfVU_wefI0bNv

 

Estimado lector:

El Salmo 142, titulado Masquil de David, es una instrucción nacida en la aflicción. Es probable que haya sido escrito en la cueva de Adulam, donde David aprendió profundas lecciones de dependencia en Dios, lecciones que deseó compartir.

Este clamor surge en un momento de persecución por parte del rey Saúl. La cueva se convirtió en un lugar de oración y refugio. En soledad y angustia, David se volvió a Dios. Si en su palacio hubiera orado tanto como en su cueva, tal vez habría evitado decisiones que luego le trajeron dolor.

David se encontraba en absoluta indigencia, sin aliados ni protección. Sin embargo, no se quedó en la desesperación. Elevó su queja ante Dios, reconociendo que solo Él conocía su camino y podía librarlo. Su oración no fue solo un lamento, sino un acto de confianza.

Este salmo enseña que no hay necesidad de fingir fortaleza ante Dios. Se puede acudir a Él con honestidad, incluso en la debilidad. Dios escucha, responde y sostiene, aun cuando los enemigos sean más fuertes. Lo que comienza en angustia, termina en confianza y gratitud, porque el Señor nunca abandona a los suyos.

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES