Septiembre 05 de 2025
COMO JESÚS, SIERVO DE DIOS
MATEO 12: 15-21
Jesús, el Siervo elegido de
Dios
15 Pero
Jesús sabía lo que ellos tenían en mente. Entonces salió de esa región, y mucha
gente lo siguió. Sanó a todos los enfermos de esa multitud,
16 pero
les advirtió que no revelaran quién era él.
17 Con
eso se cumplió la profecía de Isaías acerca de él:
18 «Miren
a mi Siervo, al que he elegido.
Él es mi Amado, quien me complace.
Pondré mi Espíritu sobre él,
y proclamará justicia a las naciones.
19 No peleará ni gritará,
ni levantará su voz en público.
20 No aplastará la caña más débil
ni apagará una vela que titila.
Al final, hará que la justicia salga victoriosa.
21 Y su nombre será la esperanza
de todo el mundo».
https://youtu.be/MopSE2Dza-k?si=vDVzh05hx6VBoSIl
Estimado lector:
El versículo 15 señala que
Jesús conocía los pensamientos de quienes lo escuchaban, debido a que
constantemente lo buscaban para confrontarlo con la Ley de Moisés, siendo
finalmente avergonzados por sus respuestas. De manera análoga, en la vida
cotidiana, cuando existe un conocimiento sólido de la Palabra, algunas personas
intentan ridiculizar dicho saber; sin embargo, su propia ignorancia queda en
evidencia ante una respuesta dada con sabiduría.
Esta sabiduría tiene la
capacidad de sanar las heridas de quienes escuchan, convirtiendo la Palabra en
un alimento valioso y agradable para sus oídos.
En Jesús se cumple la profecía
anunciada por Isaías en el capítulo 42, lo que constituye una enseñanza
fundamental: nadie puede afirmar que ha escogido seguir a Cristo por decisión
propia, sino que ha sido elegido por el Padre, tal como está escrito. De igual
modo, el Padre se complace en otorgar su Espíritu, quien redarguye de pecado,
de justicia y de juicio, con el propósito de que su justicia sea proclamada con
solemnidad en el mundo. Asimismo, no se busca contender con persona alguna,
para no afectar a quienes son espiritualmente débiles o inmaduros en la fe, de
manera que la Justicia Divina pueda florecer y brindar esperanza a
toda la humanidad.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”