CRISTO ES LA RESPUESTA

Julio 22 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

CRISTO ES LA RESPUESTA

 

MATEO 8:1-4

Jesús sana a un hombre con lepra

Al bajar Jesús por la ladera del monte, grandes multitudes lo seguían. De repente, un hombre con lepra se le acercó y se arrodilló delante de él.

—Señor—dijo el hombre—, si tú quieres, puedes sanarme y dejarme limpio.

Jesús extendió la mano y lo tocó.

—Sí quiero—dijo—. ¡Queda sano!

Al instante, la lepra desapareció.

—No se lo cuentes a nadie—le dijo Jesús—. En cambio, preséntate ante el sacerdote y deja que te examine. Lleva contigo la ofrenda que exige la ley de Moisés a los que son sanados de lepra. Esto será un testimonio público de que has quedado limpio.

 

 

https://youtu.be/2BuifDijlFY?si=2CqlfWwwkSxQpEZ3

 

Estimado lector:

 

De acuerdo con la ley judía y las costumbres de la época, el leproso era considerado impuro, por lo que debía ser aislado de la sociedad. El contacto con un leproso era visto como algo profundamente contaminante, solo comparable con el contacto con un cadáver. Esta realidad provocaba no solo una separación física, sino también un profundo rechazo social y emocional.

Quienes sufrían esta enfermedad vivían marcados por la soledad, la vergüenza y el dolor de un día a día sin consuelo. Sin embargo, en el encuentro con Jesús, se abre una esperanza que trasciende las limitaciones humanas. El leproso del pasaje se postra ante el Maestro, reconociendo que solo en Él puede haber una respuesta. Ya no se trata de lo que la sociedad permite o prohíbe, sino de lo que el Hijo de Dios es capaz de hacer.

Este momento revela una verdad profunda: Cristo se acerca cuando todos se alejan. Él no se detiene ante la impureza ni ante las barreras sociales. Su compasión toca lo intocable y transforma la vida del que ya no espera nada.

Cuando se han agotado todas las soluciones humanas, aún queda una esperanza: la del Dios que tiene poder para sanar, restaurar y devolver la dignidad. Hoy puede ser el día para volver a poner en sus manos aquello que parece imposible.

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

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