JERUSALÉN ACLAMÓ, PERO NO ENTENDIÓ

Noviembre 21 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

 

JERUSALÉN ACLAMÓ, PERO NO ENTENDIÓ

 

MATEO 21:7-11

7 Llevaron la burra y su cría, pusieron sus prendas sobre la cría, y Jesús se sentó allí.

8 De la multitud presente, la mayoría tendió sus prendas sobre el camino delante de él, y otros cortaron ramas de los árboles y las extendieron sobre el camino. 

9 Jesús estaba en el centro de la procesión, y toda la gente que lo rodeaba gritaba:

«¡Alaben a Dios por el Hijo de David!
    ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor!
    ¡Alaben a Dios en el cielo más alto!».

10 Toda la ciudad de Jerusalén estaba alborotada a medida que Jesús entraba. «¿Quién es este?», preguntaban.

11 Y las multitudes contestaban: «Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea».

 

https://youtu.be/YQay6GcxtII?si=y-2EBuy0IZGxL2zJ

 

Estimado lector:

 

Jesús entró a Jerusalén montado en un pollino, cumpliendo la antigua profecía de Zacarías: “El Rey vendrá manso, no con ejércitos ni espadas, sino con humildad”. Su entrada muestra que, el Reino de Dios no avanza por fuerza, sino con mansedumbre. A diferencia de los reyes terrenales, Jesús conquista corazones, no territorios.

 

La gente extendió sus mantos y ramas por el camino; un gesto que simboliza honor y rendición: Estaban reconociendo a Jesús como alguien digno de reinar sobre ellos. Sin embargo, muchos esperaban un libertador político, no un Salvador espiritual. Gritaban “¡Hosanna al Hijo de David!”, que significa: “¡Sálvanos ahora!”; pero no comprendían del todo, de qué necesitaban ser salvados. Ellos aclamaron, pero no entendieron.

 

No basta con aclamar; es necesario recibir a Cristo con fe, y permitir que el Espíritu Santo transforme la manera de pensar.

Cuando Jesús entró, toda la ciudad se conmovió. Su Presencia provocó movimiento, división, preguntas. Algunos decían: “Es el profeta de Nazaret”. Pero no basta con admirar a Jesús como profeta; el verdadero cambio, viene cuando se reconoce como Señor y Salvador.

 

Así como Jerusalén fue sacudida aquel día, cada vida que se encuentra con Cristo, también lo es.

Pregunta de aplicación:¿Jesús solo pasa por tu historia, o ya gobierna tu corazón?

 

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES