LA MEJOR DECISIÓN, BUSCAR LA MIES

Agosto 13 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

 

LA MEJOR DECISIÓN, BUSCAR LA MIES

 

MATEO 9:35-38

La necesidad de obreros

35 Jesús recorrió todas las ciudades y aldeas de esa región, enseñando en las sinagogas y anunciando la Buena Noticia acerca del reino; y sanaba toda clase de enfermedades y dolencias. 36 Cuando vio a las multitudes, les tuvo compasión, porque estaban confundidas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37 A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos. 38 Así que oren al Señor que está a cargo de la cosecha; pídanle que envíe más obreros a sus campos».

 

https://youtu.be/LveZsAhVbws?si=lzUKJwR4e2qqTtqC

 

Estimado lector:

 

Este pasaje presenta a Jesús recorriendo ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas, predicando el evangelio del Reino y sanando toda enfermedad y dolencia. Este modelo de ministerio establece un patrón de acción para quienes siguen su enseñanza: el evangelio debe ser proclamado con compromiso, tanto en los espacios religiosos como en el ámbito cotidiano.

El texto destaca la mirada compasiva de Jesús hacia las multitudes. Al verlas desamparadas y dispersas, como ovejas sin pastor, experimenta profunda compasión. Este sentimiento no es meramente emocional, sino una expresión del amor de Dios que reconoce la necesidad espiritual de las personas y responde con acción.

La misión de proclamar el evangelio y atender las necesidades espirituales y físicas de las personas no es solo una responsabilidad individual, sino una tarea colectiva. Jesús exhorta a orar al Señor de la mies para que envíe obreros a su campo. Esto implica que la cosecha está lista, pero requiere de disposición, entrega y obediencia por parte de quienes han sido llamados a servir.

La respuesta al llamado del Reino requiere una decisión voluntaria. Jesús dejó un ejemplo claro: moverse, acercarse, enseñar, sanar y servir.

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES