LA RECOMPENSA ES GRANDE

Noviembre 12 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

LA RECOMPENSA ES GRANDE

MATEO 20:8-10

»Aquella noche, le dijo al capataz que llamara a los trabajadores y les pagara, comenzando por los últimos que había contratado. 

Cuando recibieron su paga los que habían sido contratados a las cinco de la tarde, cada uno recibió el salario por una jornada completa. 

10 Cuando los que habían sido contratados primero llegaron a recibir su paga, supusieron que recibirían más; pero a ellos también se les pagó el salario de un día.

https://youtu.be/H0gOam5h6VI?si=5iLaf7pWqNw6Zhqc

 

Estimado lector:

El relato describe el momento en que el propietario ordena pagar el jornal a los trabajadores, comenzando desde los últimos hasta los primeros. Dado que se trataba de obreros contratados por un solo día, el pago debía realizarse al finalizar la jornada.

Al iniciar el pago, los trabajadores contratados al final del día fueron los primeros en recibir su salario, y para sorpresa de todos, se les otorgó la paga completa correspondiente a un día entero. Sin embargo, los obreros que habían sido contratados desde temprano esperaban recibir más de lo acordado, aunque finalmente se les entregó exactamente lo prometido: un denario. El propietario cumplió fielmente su palabra, pero la expectativa humana de obtener una recompensa mayor generó descontento y frustración.

El orden en que se efectuó el pago fue deliberado. Si los primeros hubiesen sido remunerados antes, no habrían desarrollado expectativas adicionales ni comparaciones con los demás. Es probable que el retraso en recibir su salario haya alimentado un sentimiento de superioridad hacia los últimos en llegar, lo que acentuó su decepción.

La enseñanza revela que la gracia y la recompensa divina no se distribuyen según los criterios humanos de mérito o esfuerzo, sino conforme a la voluntad justa y soberana de Dios.

En la economía del Reino, las recompensas no se miden por el tiempo o el esfuerzo invertido, sino por la disposición del corazón y la fidelidad al llamado. La promesa de Dios permanece firme: la recompensa será grande, y quien ha confiado en Él recibirá mucho más de lo que pudiera imaginar.

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES