Noviembre 22 de 2025
LIMPIANDO LA CASA DEL PADRE
MATEO 21:12-17
Jesús
despeja el templo
12 Jesús entró en el templo y comenzó
a echar a todos los que compraban y vendían animales para el sacrificio. Volcó
las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas.
13 Les
dijo: «Las Escrituras declaran: “Mi templo será llamado casa de oración”,
¡pero ustedes lo han convertido en una cueva de ladrones!».
14 Los ciegos y los cojos se
acercaron a Jesús en el templo y él los sanó.
15 Los
principales sacerdotes y los maestros de la ley religiosa vieron esos milagros
maravillosos y oyeron que hasta los niños en el templo gritaban: «Alaben a Dios
por el Hijo de David».
Sin embargo, los líderes estaban indignados.
16 Le
preguntaron a Jesús:
—¿Oyes lo que
dicen esos niños?
—Sí—contestó
Jesús—. ¿No han leído las Escrituras? Pues dicen: “A los niños y a los
bebés les has enseñado a darte alabanza”.
17 Luego
regresó a Betania, donde pasó la noche.
https://youtu.be/UVJT3uMtnbw?si=K0HUUr7UGC5UqGFX
Estimado lector:
Jesús entró en el templo, y vio cómo el lugar destinado
para encontrarse con Dios se había convertido en un negocio. Con Fuerza y
Autoridad, volteó las mesas y echó fuera a los vendedores.
No fue un impulso de enojo; fue el amor de un Hijo, que no
soportó ver cómo se profanaba la casa de Su Padre. Jesús no estaba destruyendo
algo, estaba limpiando lo que se había ensuciado.
Después, algo hermoso sucedió: mientras los religiosos se escandalizaban, los ciegos y cojos se acercaron y Él los sanó. Los niños comenzaron a cantar “¡Hosanna al Hijo de David!”, proclamando lo que los sabios no podían ver. Aquellos que se creían puros, quedaron mudos ante la pureza de la fe sencilla.
Este pasaje muestra que a Jesús no le impresiona la
apariencia de religiosidad, sino la autenticidad del corazón. Él no busca
templos llenos de comercio, sino almas dispuestas a ser limpiadas.
Pregunta de aplicación:
¿Permitirías que Jesús volteara las mesas de tu corazón, si
eso significara volver a poner a Dios en el centro de tu vida?
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”