Mayo 14 de 2025
QUE NO CESE
LA ALABANZA
SALMOS 150:1-2
¡Alabado sea el Señor!
Alaben a
Dios en su santuario;
¡alábenlo en su poderoso cielo!
2 Alábenlo por sus obras poderosas;
¡alaben su grandeza sin igual!
https://youtu.be/7tx28valGNI?si=Y5OOQDqjyfS7mY7V
Estimado
lector:
Todo este
salmo puede entenderse como una alabanza que no solo concluye el quinto y último
libro de los Salmos recopilados, sino que también cierra de manera majestuosa
todo el Libro de los Salmos. El Salmo 150 es un grito elocuente y apasionado
que llama a toda la creación a rendir al Señor la alabanza que le corresponde.
La vida del
ser humano debe ser, cada día, una vida de alabanza al Señor. Aunque a veces
las circunstancias no sean las más favorables para levantar un “¡Aleluya!”, la
invitación del salmista es clara: “Alabadle conforme a la muchedumbre de su
grandeza” (v.2 RVR60). La alabanza se ofrece por quién es Él, por su grandeza,
no por lo que esté ocurriendo a nuestro alrededor o por lo que se esté
experimentando en el momento.
Alabar
silencia el susurro de la ansiedad, de la preocupación y del temor al porvenir.
Hoy es un día para comenzar una vida de alabanza y adoración a Dios en toda
circunstancia. Job alabó en medio de la prueba; Pablo y Silas lo hicieron en la
cárcel; Esteban, mientras era apedreado. Que lo que hoy estés viviendo no sea
un impedimento para alabar a Dios.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”