Septiembre 24 de 2025
UN TESORO VALIOSO PARA EL REY
MATEO 13: 44
Parábolas del tesoro escondido y de la perla
44 »El reino del cielo es como un tesoro escondido que un hombre descubrió en un campo. En medio de su entusiasmo, lo escondió nuevamente y vendió todas sus posesiones a fin de juntar el dinero suficiente para comprar el campo.
https://youtu.be/vPHrzRPIYzg?si=89SXKkv2QEr_0en1
Estimado lector:
En la carta a los Filipenses (3:20), el
apóstol Pablo declara que “nuestra ciudadanía está en los cielos”. Todo
ciudadano, al pertenecer a una nación o reino, debe conocer cuáles son los
derechos y atributos que lo identifican como parte de esa identidad. En este
sentido, el capítulo 13 del Evangelio de Mateo constituye para el creyente una
revelación del carácter, la operación y los misterios del Reino de los Cielos,
expuestos a través de parábolas.
Dentro de este conjunto de enseñanzas, la
parábola del tesoro escondido presenta una verdad trascendental: el creyente es
el tesoro, y Jesucristo es quien adquirió el campo.
Las circunstancias cotidianas pueden amenazar
la identidad y la seguridad espiritual del creyente en relación con el valor
que su vida tiene para Cristo. No obstante, debe mantenerse la convicción de
que, mediante un precio de sangre, el Señor compró ese campo para demostrar su
amor a la humanidad, al reconocer en ella algo de gran valor.
El teólogo Charles Spurgeon expresó al
respecto: “Jesús mismo, al mayor costo, compró al mundo para obtener a su
iglesia, la cual es el deseo que Él deseaba”. Así, el Señor no permitirá que su
tesoro sea arrebatado, pues nadie puede quitar lo que ya ha sido adquirido con
el precio de su sacrificio.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”