Septiembre 17 de 2025
OÍR, ENTENDER Y ACCIONAR DE ACUERDO CON LA PALABRA
DE DIOS
MATEO 13:10-17
10 Sus discípulos vinieron y le
preguntaron:
—¿Por qué usas parábolas cuando hablas con la gente?
11 —A ustedes se les permite
entender los secretos del reino del cielo—les contestó—, pero a otros
no.
12 A los que escuchan mis
enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia;
pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan.
13 Por eso uso estas parábolas:
Pues ellos miran, pero en realidad no ven.
Oyen, pero en realidad no escuchan ni entienden.
14 De esa forma, se cumple la
profecía de Isaías que dice:
“Cuando ustedes oigan lo que digo,
no entenderán.
Cuando vean lo que hago,
no comprenderán.
15 Pues el corazón de este pueblo está endurecido,
y sus oídos no pueden oír,
y han cerrado los ojos,
así que sus ojos no pueden ver,
y sus oídos no pueden oír,
y su corazón no puede entender,
y no pueden volver a mí
para que yo los sane”.
16 »Pero benditos son los ojos de
ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen.
17 Les digo la verdad, muchos
profetas y muchas personas justas anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo
vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
https://youtu.be/CfApg5ioJJc?si=0DShdcmRJeeQCNPU
Estimado Lector:
Jesús explicó a sus discípulos que utilizaba parábolas para revelar los
misterios del Reino de los Cielos a quienes estuvieran dispuestos a oír y
comprender, mientras que aquellos con el corazón endurecido no podían
percibirlos, cumpliéndose así la profecía de Isaías. Los discípulos fueron
considerados bienaventurados, ya que se les concedió ver y oír verdades que
muchos profetas y justos desearon conocer sin haber tenido la oportunidad.
El propósito de las parábolas consistía en comunicar los secretos del
Reino de los Cielos y, al mismo tiempo, invitar a la reflexión y al esfuerzo
por alcanzar una comprensión más profunda, a diferencia de las enseñanzas
directas que ofrecen respuestas inmediatas sin fomentar el discernimiento.
Estas narraciones funcionaban como un medio para distinguir entre
quienes mostraban receptividad y quienes rechazaban la verdad, puesto que la
comprensión requería un corazón abierto. La profecía de Isaías hacía referencia
a un pueblo con el corazón insensible, oídos pesados y ojos cerrados, incapaz
de ver y oír, lo que impedía su conversión y sanidad.
El pasaje culminaba al resaltar que muchos profetas y justos de tiempos
antiguos anhelaron contemplar y escuchar lo que los discípulos pudieron
experimentar, enfatizando la bendición que representaba tal privilegio y
subrayando la necesidad de una disposición interior para acoger y comprender la
voluntad divina.
Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.
¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele
Dios podría estar hablándole de Él
Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.
Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”
Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”