POR EL FRUTO SE CONOCE EL ÁRBOL

Septiembre 10 de 2025

La iglesia no cierra. Ahora más unidos, más cerca.

POR EL FRUTO SE CONOCE EL ÁRBOL

 

MATEO 12: 33-37

33 »A un árbol se le identifica por su fruto. Si el árbol es bueno, su fruto será bueno. Si el árbol es malo, su fruto será malo. 

34 ¡Camada de víboras! ¿Cómo podrían hombres malvados como ustedes hablar de lo que es bueno y correcto? Pues lo que está en el corazón determina lo que uno dice. 

35 Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. 

36 Les digo lo siguiente: el día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra inútil que hayan dicho. 

37 Las palabras que digas te absolverán o te condenarán».

https://youtu.be/UVJT3uMtnbw?si=CsvzgACqMWnuy3eq

 

Estimado lector:

El fruto de las palabras pronunciadas por los líderes religiosos al condenar a Jesús evidenció la raíz dañada que habitaba en su interior. La expresión «camada de víboras» utilizada por Jesús no era una simple ofensa, sino una descripción de su condición espiritual: una generación vinculada con la serpiente, no con Dios.

Las palabras revelan lo que hay en el corazón. Si en el interior de los líderes religiosos hubiera habido un buen tesoro, este se habría manifestado en obras y palabras acordes. El comentarista Adam Clarke observó que el sentido del término griego para «palabra ociosa» se refiere a una expresión que no produce fruto, que no imparte gracia ni instrucción a quienes la escuchan. Bajo esa definición, incluso quienes enseñan podrían sentirse cuestionados.

Jesús advirtió que las palabras tienen un peso real y que serán consideradas en el juicio, pues no son triviales: reflejan el estado del corazón. De ahí que se pueda determinar la condición de una persona a través de lo que expresa.

La tradición cristiana ha mantenido esta enseñanza sobre el poder de la confesión. El apóstol Pablo, por ejemplo, señaló que «si se confiesa con la boca que Jesús es el Señor, y se cree en el corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, se alcanza la salvación» (Romanos 10:9). Las palabras no son simples sonidos; son testimonio de lo que habita en lo profundo del ser.

 

4 pasos que te ayudarán a tener un tiempo con Dios.


Invite en oración a la presencia de Dios y pídale que su verdad le sean reveladas.

  1. Lea despacio
  2. Lea en voz alta
  3. Mientras esté leyendo pregúntele a Dios:

¿Señor qué me quieres decir hoy?
Permita que el Espíritu Santo le revele


Dios podría estar hablándole de Él

  1. ¿Quién es Él?
  2. ¿Cuáles son sus características?
  3. ¿Qué hará?

Dios podrá estar hablándole a usted. Reflexione en lo siguiente:

  • P ¿Será un PECADO que debo confesar?
  • A ¿Será una ACTITUD que debo adoptar?
  • M ¿Será un MANDAMIENTO que debo obedecer?
  • P ¿Será una PROMESA que debo reclamar?
  • E ¿Será un EJEMPLO que debo seguir o evitar?

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. Pida PERDÓN: Confiese su pecado, arrepiéntase y reciba el perdón de Dios
  2. De GRACIAS: Agradezca a Dios por sus muchas bendiciones y promesas
  3. Por FAVOR: Ore por sus necesidades y las de otros; salvación, sanidad, protección
  4. Finalice diciendo TE AMO. Termine este tiempo en adoración y alabanza

Ahora que ha permitido que Dios le hablara, hable con Él en oración.

  1. ¿Qué le habló Dios?
  2. ¿Cómo esto cambiará sus perspectivas?
  3. ¿Cómo aplicará esto en su vida diaria?

Juan 14:15 “Si me amáis, guardad mis mandamientos”

Santiago 1:22 “Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos”

DEVOCIONALES